La prohibición de vender los plásticos de un solo uso agudiza el ingenio de los supermercados

Seguro que te suena la expresión de “hecha la ley, hecha la trampa”. Y es que las interpretaciones de las leyes no son fáciles y siempre hay matices.
La prohibición de vender los plásticos de un solo uso agudiza el ingenio de los supermercados

La prohibición de vender los plásticos de un solo uso agudiza el ingenio de los fabricantes (sin resolver el problema)

Seguro que te suena la expresión de “hecha la ley, hecha la trampa”. Y es que las interpretaciones de las leyes no son fáciles y siempre hay matices. Esto es lo que está ocurriendo con la aplicación de la normativa europea, que desde el 3 de julio de este año prohíbe la venta de artículos de plástico de un solo uso.


Una decisión muy aplaudida en general por muchos consumidores conscientes, que desde hace años están evitando con sus compras este tipo de artículos.

Sin embargo, es difícil cambiar la inercia y costumbres de la industria. Que en lugar de aprovechar la tendencia de esa demanda para darle un giro a su modelo de negocio, y de paso aumentar sus ventas siendo pioneros, lo ve como una amenaza para su mercado.


Por eso, nos ha parecido muy pertinente escribir sobre ello en este artículo. Vamos a ver de manera sencilla qué indica la Directiva Europea 2019/904 respecto a los plásticos de un solo uso, qué respuesta han dado algunos fabricantes y supermercados y qué alternativas respetuosas con el medioambiente tenemos como consumidores.


Sobre la directiva 2019/904 que prohíbe la venta de plásticos de un solo uso

Es bueno conocer con un poco más de detalle qué busca esta nueva ley y exactamente cómo afecta a los consumidores.


La normativa lo que pretende es:

  • Dar prioridad a los productos reutilizables, sostenibles y no tóxicos.
  • Reducir los residuos plásticos en el medioambiente: transición a la economía circular.
  • Prevenir y disminuir el impacto del plástico en los mares y océanos.


Y para ello se centra en dos grandes grupos de plásticos: los productos de plástico de un solo uso, los productos fabricados con plástico oxodegradable y a las artes de pesca de plástico (como las redes).


Deja muy claro que están prohibidos los productos de plástico de un solo uso que están claramente detallados en un anexo. También las excepciones. En la siguiente sección ahondaremos en ello.

En la normativa no todo son prohibiciones: hay algunos productos de plástico de un solo uso en los que se “recomienda” la reducción cuantitativa y medible del consumo. Esto afecta a útiles como vasos para bebidas y sus tapas, envases de comida rápida y recipientes para alimentos para llevar (take away) . 

En 2026 se hará un análisis de cuánto se ha reducido en cada estado miembro de la UE, comparándolo con niveles del 2022.


¿Qué plásticos de un solo uso no se pueden vender desde el 3 de julio 2021?


Vamos a centrarnos en los plásticos de un solo uso que (en teoría) se han eliminado de las estanterías de los comercios minoristas. ¿Qué productos se han visto afectados?


  • Bastoncillos de algodón.
  • Cubiertos de plástico de un solo uso (cucharas, tenedores, cuchillos y palillos).
  • Pajitas.
  • Platos de un solo uso.
  • Agitadores de bebidas (como los palitos de los cafés de máquina).
  • Palos de plástico y mecanismos para sujetar globos.
  • Envases para alimentos de poliestireno expandido de comida rápida y take away
  • Vasos para bebidas (incluida la tapa) hechos de poliestireno expandido.
  • Productos fabricados con plásticos oxodegradables en general.


Para el resto de útiles y productos de usar y tirar también se ha establecido un etiquetado especial y que se indique al consumidor cómo debe proceder para tirarlos a la basura.


Esta directiva se aprobó en 2019. ¿Qué queremos decir con esto? Que no es algo que haya pillado por sorpresa a nadie. Había dos años de plazo para adaptarse a ella. 


¿Qué alternativas sostenibles hay a estos productos?

Ya antes de publicarse la normativa existía una gran oferta de alternativas a los productos de un solo uso hechos con plástico.

Además, al contrario de lo que aún algunos consumidores piensan, no son necesariamente más caros que los fabricados con plástico.


Nos referimos, por ejemplo: a bastoncillos con los palos de bambú o de papel, o aún mejor, los reutilizables de silicona; a pajitas también de esos materiales, o directamente a dejar de usarlas; o a vasos y envases de comida reutilizables o compostables.


En algo estamos de acuerdo: la opción más sostenible es siempre la de reducir el uso innecesario de algunos productos. Y cuando eso no es posible, apostar por la REUTILIZACIÓN. Y si ese material, después de ser reutilizado o reparado, es de material reciclable, mejor.

Las soluciones de greenwashing de algunos supermercados

Si pensabas que la prohibición que acaba de entrar en vigor hace poco más de un mes iba a solucionar el exceso de consumo de plásticos de un solo uso, la realidad es que estamos lejos de conseguirlo.


A día de hoy en las grandes cadenas de supermercados de toda España se siguen encontrando, hechos con el mismo material de plástico, platos, cubiertos y demás productos que tradicionalmente se compraban para usar y tirar.

Lo que ocurre es que ahora los hacen con más cantidad de plástico para hacerlos más resistentes y añaden en las etiquetas que son “reutilizables”. Por supuesto, aprovechando el cambio también son más caros.


Lejos de sustituir los útiles alimentarios de plástico por otros materiales biodegradables, la industria se agarra a que son lavables y reutilizables para no eliminarlos.


Un ejemplo claro lo tienes en esta publicación que hicimos en nuestro canal de Instagram. Estos cubiertos son reutilizables pero solo 3 o 4 veces… ¿de verdad esa es la solución? Si los vas a lavar, mejor de acero inoxidable ¿no? Al fin y al cabo ese material dura casi toda la vida.

Aquí hay varios factores que afectan a la sostenibilidad. Por un lado, Es decir, que recae en la responsabilidad del consumidor el que de verdad los use varias veces y luego los tire en el contenedor amarillo. 


Aquí os lanzamos una pregunta, ¿de verdad crees que teniendo el mismo aspecto y la misma composición los van a lavar y utilizar más veces? Por mucho que ponga en la etiqueta, la respuesta es obvia: no.

Por otro lado, no existe una directiva clara de cuándo se puede poner la etiqueta de reutilizable a un producto. Como ejemplo, las botellas de agua de plástico, que a pesar de que sabemos que hay transferencia de tóxicos,  se rellenan y reutilizan.


Esto mismo ya pasó hace años con las bolsas de plástico: bastaba con poner al pie de la bolsa que era reutilizable. ¿Resultado? Se seguía generando la misma cantidad de basura plástica que acababa en montes, mares, océanos…


Tiempo después llegó la obligación de cobrar por ellas, y ahí sí que se promovió mucho más el uso de bolsas de tela que son con diferencia más sostenibles.

La verdad es que es difícil cambiar los hábitos de consumo, de ahí que se recurra a las normativas, para llegar al gran público y regular la transición. El problema está en que en lugar de buscar alternativas reales al problema de los residuos generados, se ponga el foco en “cumplir la ley”.


Desconocemos cuánto tiempo necesita un fabricante para cambiar su producción. Así que preferimos pensar que están aún en ello: que esto es una solución a muy corto plazo para no cerrar fábricas y centros logísticos. Y que no tardando mucho, retirarán de verdad estos utensilios plásticos y ofrecerán al consumidor alternativas más honestas.


¿Qué puedes hacer tú como consumidor responsable y consciente?

Si ya nos conoces, en Bumerang no estamos en contra de los plásticos. Como material es una alternativa ligera y sostenible siempre y cuando sea reutilizable, y además 100% reciclable.


Si te preocupa el impacto que generas en el planeta nuestra recomendación es que antes de comprar te cuestiones una serie de preguntas:


  • ¿Realmente lo necesito? Puedes valorar si necesitas pajitas o si vas a beber directamente del vaso. Lo mismo pasa con los palitos de los globos, que no aportan nada.
  • ¿Se puede reutilizar? Hay productos que no son un mero capricho. La comida para llevar es algo que nos simplifica la vida y nos permite disfrutar de más tiempo. Pero la basura está llena de estos envases. Piensa si puedes llevar tu propio táper o reutilizar los que te proporciona el restaurante.
  • ¿Es reciclable? No todos los plásticos son reciclables. Así que asegúrate de que lo son. Que estén fabricados con materiales 100% reciclables o compostables. Por suerte los oxodegradables los han prohibido.
  • Antes de tirarlo, ¿se puede reparar? Muchas veces con un sencillo arreglo puedes volver a utilizar bolsas de tela o una taza desconchada.


Como consumidor la última palabra la tienes tú. Aunque algunos supermercados no siempre apuestan por la mejor alternativa al plástico de un solo uso, la única manera para saber detectarlo y elegir opciones que de verdad reduzcan los residuos es la de mantenerse informado.


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